Esto, en los primeros meses porque el producto apenas se está fijando en el útero
Especialistas señalan que es difícil que las pacientes se salven de una IVU, por lo que es necesaria una atención médica oportuna que evite complicaciones
Una Infección de Vías Urinarias (IVU) se puede presentar en varias ocasiones y en cualquier etapa del embarazo, pero en los primeros meses podría ser una fuerte amenaza de aborto porque el producto apenas se está fijando en el útero.
Especialistas en Ginecobstetricia del Hospital General de Zona (HGZ) No. 89 del IMSS Jalisco explicaron que durante el embarazo es difícil que las pacientes se salven de una IVU, por lo que es necesaria una atención médica oportuna que evite complicaciones.
Añadieron que una infección leve se puede complicar si no se detecta a tiempo provocando que entre el útero y la vejiga haya una mayor presión causando contracciones y sangrados, que pueden llevar a un aborto.
Precisaron que en el embarazo se producen modificaciones anatómicas y funcionales que aumentan el riesgo a padecer una infección urinaria, debido a que la matriz está detrás de la vejiga, normalmente esta última se llena y se vacía sin complicación.
Sin embargo, cuando el útero crece por el embarazo, la vejiga pierde espacio, y hay mucha orina residual que no se filtra bien, facilitando que las bacterias proliferen y se produzca la infección.
Los síntomas más frecuentes de la IVU son ganas frecuentes y ardor al orinar, cólicos, malestar general, dolor, desecho amarillento o verdusco, los cuales se pueden tratar en el control prenatal.
En casos extremos cuando hay presencia de sangrados o septicemia (infección generalizada grave) el abordaje debe hacerse en un segundo o tercer nivel de atención, porque requieren de hospitalización para su tratamiento.
Por esa razón se les recomienda a las mujeres embarazadas tomar bastante agua, dos o tres litros por día, de preferencia de frutas cítricas, con el fin de acidificar la orina y evitar que las bacterias proliferen hasta los riñones, y provoquen una peritonitis severa.
Lo más importante es que la paciente acuda a su control prenatal y esté alerta ante cualquier síntoma o molestia para que se pueda diagnosticar y tratar a tiempo. (Con
Guadalajara, Jal.
Especialistas señalan que es difícil que las pacientes se salven de una IVU, por lo que es necesaria una atención médica oportuna que evite complicaciones
Una Infección de Vías Urinarias (IVU) se puede presentar en varias ocasiones y en cualquier etapa del embarazo, pero en los primeros meses podría ser una fuerte amenaza de aborto porque el producto apenas se está fijando en el útero.
Especialistas en Ginecobstetricia del Hospital General de Zona (HGZ) No. 89 del IMSS Jalisco explicaron que durante el embarazo es difícil que las pacientes se salven de una IVU, por lo que es necesaria una atención médica oportuna que evite complicaciones.
Añadieron que una infección leve se puede complicar si no se detecta a tiempo provocando que entre el útero y la vejiga haya una mayor presión causando contracciones y sangrados, que pueden llevar a un aborto.
Precisaron que en el embarazo se producen modificaciones anatómicas y funcionales que aumentan el riesgo a padecer una infección urinaria, debido a que la matriz está detrás de la vejiga, normalmente esta última se llena y se vacía sin complicación.
Sin embargo, cuando el útero crece por el embarazo, la vejiga pierde espacio, y hay mucha orina residual que no se filtra bien, facilitando que las bacterias proliferen y se produzca la infección.
Los síntomas más frecuentes de la IVU son ganas frecuentes y ardor al orinar, cólicos, malestar general, dolor, desecho amarillento o verdusco, los cuales se pueden tratar en el control prenatal.
En casos extremos cuando hay presencia de sangrados o septicemia (infección generalizada grave) el abordaje debe hacerse en un segundo o tercer nivel de atención, porque requieren de hospitalización para su tratamiento.
Por esa razón se les recomienda a las mujeres embarazadas tomar bastante agua, dos o tres litros por día, de preferencia de frutas cítricas, con el fin de acidificar la orina y evitar que las bacterias proliferen hasta los riñones, y provoquen una peritonitis severa.
Lo más importante es que la paciente acuda a su control prenatal y esté alerta ante cualquier síntoma o molestia para que se pueda diagnosticar y tratar a tiempo. (Con
Guadalajara, Jal.
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