Consideraron que aunque están conscientes de que los lineamientos impedirán a los niños de preescolar, primaria y secundaria adquirir alimentos “chatarra” a la hora del recreo, también es necesario que la cultura de la buena alimentación inicie desde los hogares.
Padres de familia calificaron como positiva la decisión de las autoridades de prohibir la venta de refrescos, frituras, antojitos mexicanos grasosos y comida rápida al interior de las 220 mil escuelas públicas y privadas de educación básica.
Sin embargo, en un recorrido por algunos planteles educativos del Distrito Federal se pudo constatar que muchos padres de familia desconocen las nuevas medidas que se aplicarán a partir del próximo ciclo escolar.
Consideraron que aunque están conscientes de que los lineamientos impedirán a los niños de preescolar, primaria y secundaria adquirir alimentos “chatarra” a la hora del recreo, también es necesario que la cultura de la buena alimentación inicie desde los hogares.
Para Rocío García esas medidas están bien porque hay mucha gente obesa en el país y desde temprana edad empiezan a ser “gorditos”, debido a la comida chatarra. Por eso, dijo, “tenemos que cambiar desde casa, tratando de darles una buena alimentación a nuestros hijos”,
Algunos padres de familia coincidieron en que si bien es necesario comenzar desde los hogares a crear la cultura del buen comer esto implicará mayor esfuerzo sobre todo para las mamás, pues la mayoría trabaja.
“Lo importante es la organización, desde ir al mercado o al supermercado, comprar frutas, verduras, pescado, y aunque estemos cansadas y tengamos que trabajar al otro día debemos pensar que lo importante es la salud de nuestros hijos”, señaló Beatriz González madre de un pequeño de primaria.
Otros padres de familia consideraron importante que además de prohibir la venta de productos “chatarra” en las escuelas se debe fomentar la práctica del ejercicio dentro y fuera de los planteles para evitar el sobrepeso y obesidad de los niños.
“Los niños de hoy están muy gorditos, cuando yo era niña hacíamos mucho ejercicio porque jugábamos toda la tarde en la calle, y ahora los niños no quieren hacer nada por estar en los videojuegos”, dijo María Elena Pérez, madre de familia de un menor en la Escuela “Vito Alessio Robles” en la colonia Roma.
Algunos otros adultos comentaron que además de prohibir la comida grasosa dentro de las escuelas también se debe cuidar que esta misma no se expenda afuera de los planteles educativos, aunque consideraron que a los vendedores se les deben dar alternativas porque para muchos es su única fuente de trabajo.
“Yo pienso que deberían revisar también la venta de comida afuera de las escuelas, porque es donde los niños más compran ‘chatarra’ y también nosotros como padres de familia les ponemos el ejemplo porque nos compramos nuestros tacos dorados, papas o refrescos”, dijo Juan Ramírez de la escuela Justo Sierra.
A su vez, Itzel Ochoa opinó que si se permite la venta de comida afuera de las escuelas ésta tendría que ser saludable, como ensaladas de verdura, fruta picada, jugos naturales, entre otros.
No obstante, subrayó, será muy difícil cambiar la cultura de los mexicanos, empezando por los papás, quienes por el ritmo de vida tan acelerado que existe, sobre todo en las ciudades, “comemos lo que sea” en la calle por la falta de tiempo para preparar comida saludable.
En cuanto a los niños de secundaria, puntualizó, comen lo que pueden y quieren en la calle, “un pastelito o una bolsa de papas y un refresco, y con eso ya se alimentaron”, comentó la madre de familia.
Ciudad de México
Padres de familia calificaron como positiva la decisión de las autoridades de prohibir la venta de refrescos, frituras, antojitos mexicanos grasosos y comida rápida al interior de las 220 mil escuelas públicas y privadas de educación básica.
Sin embargo, en un recorrido por algunos planteles educativos del Distrito Federal se pudo constatar que muchos padres de familia desconocen las nuevas medidas que se aplicarán a partir del próximo ciclo escolar.
Consideraron que aunque están conscientes de que los lineamientos impedirán a los niños de preescolar, primaria y secundaria adquirir alimentos “chatarra” a la hora del recreo, también es necesario que la cultura de la buena alimentación inicie desde los hogares.
Para Rocío García esas medidas están bien porque hay mucha gente obesa en el país y desde temprana edad empiezan a ser “gorditos”, debido a la comida chatarra. Por eso, dijo, “tenemos que cambiar desde casa, tratando de darles una buena alimentación a nuestros hijos”,
Algunos padres de familia coincidieron en que si bien es necesario comenzar desde los hogares a crear la cultura del buen comer esto implicará mayor esfuerzo sobre todo para las mamás, pues la mayoría trabaja.
“Lo importante es la organización, desde ir al mercado o al supermercado, comprar frutas, verduras, pescado, y aunque estemos cansadas y tengamos que trabajar al otro día debemos pensar que lo importante es la salud de nuestros hijos”, señaló Beatriz González madre de un pequeño de primaria.
Otros padres de familia consideraron importante que además de prohibir la venta de productos “chatarra” en las escuelas se debe fomentar la práctica del ejercicio dentro y fuera de los planteles para evitar el sobrepeso y obesidad de los niños.
“Los niños de hoy están muy gorditos, cuando yo era niña hacíamos mucho ejercicio porque jugábamos toda la tarde en la calle, y ahora los niños no quieren hacer nada por estar en los videojuegos”, dijo María Elena Pérez, madre de familia de un menor en la Escuela “Vito Alessio Robles” en la colonia Roma.
Algunos otros adultos comentaron que además de prohibir la comida grasosa dentro de las escuelas también se debe cuidar que esta misma no se expenda afuera de los planteles educativos, aunque consideraron que a los vendedores se les deben dar alternativas porque para muchos es su única fuente de trabajo.
“Yo pienso que deberían revisar también la venta de comida afuera de las escuelas, porque es donde los niños más compran ‘chatarra’ y también nosotros como padres de familia les ponemos el ejemplo porque nos compramos nuestros tacos dorados, papas o refrescos”, dijo Juan Ramírez de la escuela Justo Sierra.
A su vez, Itzel Ochoa opinó que si se permite la venta de comida afuera de las escuelas ésta tendría que ser saludable, como ensaladas de verdura, fruta picada, jugos naturales, entre otros.
No obstante, subrayó, será muy difícil cambiar la cultura de los mexicanos, empezando por los papás, quienes por el ritmo de vida tan acelerado que existe, sobre todo en las ciudades, “comemos lo que sea” en la calle por la falta de tiempo para preparar comida saludable.
En cuanto a los niños de secundaria, puntualizó, comen lo que pueden y quieren en la calle, “un pastelito o una bolsa de papas y un refresco, y con eso ya se alimentaron”, comentó la madre de familia.
Ciudad de México
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