Por:Francisco Medina
La música, la risa y los chocolates comparten un denominador: la liberación de endorfinas, que son neurotransmisores químicos, es decir, minúsculas proteínas que en el organismo actúan a nivel cerebral al inhibir sensaciones dolorosas, disminuir la ansiedad y producir bienestar y alegría.
Como difícilmente se podría comer chocolates todo el tiempo, para combatir el estrés físico, mental y emocional se ha gestado un movimiento social en todo el mundo que promueve la paz. Se trata del Yoga de la Risa. Al respecto Luis Gómez, maestro certificado en esta técnica explica: “no hay chistes, no hacemos comedia ni usamos ningún artefacto. Tampoco hacemos posturas de yoga, sólo respiraciones diafragmáticas profundas en donde lo más importante no es la inhalación sino la exhalación.
“Normalmente utilizamos un cuarto de nuestra capacidad pulmonar, pero cuando nos reímos usamos hasta tres cuartos porque echamos fuera el aire residual y llevamos oxígeno nuevo al cuerpo. La risa empieza de manera simulada y luego, mediante la actitud juguetona y el contacto visual se vuelve genuina.
“Hay estudios científicos que demuestran que el organismo no reconoce entre una y otra, pero los resultados son los mismos: una mejor oxigenación del cuerpo y del cerebro que permite pensar mejor y ser más creativo; se mejoran funciones cerebrales y también en los diferentes sistemas y órganos; se trabajan los músculos de la cara, entre muchos otros beneficios fisiológicos: Y como a nivel social no puedes estar peleado con quien te estás riendo, te conectas con la gente, se favorece el sentido de comunidad, te hace sentir bien y si estás bien contigo mismo, estás bien con los demás. Conforme los seres humanos crecen pierden la capacidad que tenían de niños para reír y la idea del yoga de la risa es rescatar esa capacidad”, señala.
Luis Gómez empezó en California, donde se certificó como líder y luego trabajó en casas de enfermos terminales con gente que ya casi no se podía mover, pero el único ejercicio que podían hacer era reírse, y así constató los beneficios de la dinámica de la risa, que incluso trabaja en personas que por carecer de movimiento, con sólo imaginar que se ríen su cerebro desarrolla conexiones que permiten la segregación de endorfinas.
Actualmente existen más de seis mil clubes de yoga de la risa en todo el mundo, con más de 300 mil participantes y estos números siguen creciendo rápidamente. En todos los casos se enseña a la gente a reír y aunque no se resuelven los problemas que causan estrés, al menos lo disuelven.
El creador de este movimiento desarrolló esta técnica que en principio era como un club de comedia, cada quien pasaba, contaba un chiste o una broma y la gente se reía, pero luego descubrieron que al reír usando la mente se provoca una risa proactiva, uno decide y en la medida en que se trabaja se puede estar más contento y se conecta con el presente. La yoga de la risa incluye, además de los ejercicios que la provocan, aquietar la mente a través de la meditación con una risa que se inicia mediante balbuceos.
En la Expo Mujer que se celebró del 3 al 6 de diciembre en el World Trade Center, hubo un par de presentaciones llamadas la Roña Regresa a Expo Mujejejer, con Darío T. Pie, quien además de contar con certificación en yoga de la risa, combinó información y técnicas de este movimiento mundial, con su carismática interpretación al personaje de la Doña, María Félix.
La música, la risa y los chocolates comparten un denominador: la liberación de endorfinas, que son neurotransmisores químicos, es decir, minúsculas proteínas que en el organismo actúan a nivel cerebral al inhibir sensaciones dolorosas, disminuir la ansiedad y producir bienestar y alegría.
Como difícilmente se podría comer chocolates todo el tiempo, para combatir el estrés físico, mental y emocional se ha gestado un movimiento social en todo el mundo que promueve la paz. Se trata del Yoga de la Risa. Al respecto Luis Gómez, maestro certificado en esta técnica explica: “no hay chistes, no hacemos comedia ni usamos ningún artefacto. Tampoco hacemos posturas de yoga, sólo respiraciones diafragmáticas profundas en donde lo más importante no es la inhalación sino la exhalación.
“Normalmente utilizamos un cuarto de nuestra capacidad pulmonar, pero cuando nos reímos usamos hasta tres cuartos porque echamos fuera el aire residual y llevamos oxígeno nuevo al cuerpo. La risa empieza de manera simulada y luego, mediante la actitud juguetona y el contacto visual se vuelve genuina.
“Hay estudios científicos que demuestran que el organismo no reconoce entre una y otra, pero los resultados son los mismos: una mejor oxigenación del cuerpo y del cerebro que permite pensar mejor y ser más creativo; se mejoran funciones cerebrales y también en los diferentes sistemas y órganos; se trabajan los músculos de la cara, entre muchos otros beneficios fisiológicos: Y como a nivel social no puedes estar peleado con quien te estás riendo, te conectas con la gente, se favorece el sentido de comunidad, te hace sentir bien y si estás bien contigo mismo, estás bien con los demás. Conforme los seres humanos crecen pierden la capacidad que tenían de niños para reír y la idea del yoga de la risa es rescatar esa capacidad”, señala.
Luis Gómez empezó en California, donde se certificó como líder y luego trabajó en casas de enfermos terminales con gente que ya casi no se podía mover, pero el único ejercicio que podían hacer era reírse, y así constató los beneficios de la dinámica de la risa, que incluso trabaja en personas que por carecer de movimiento, con sólo imaginar que se ríen su cerebro desarrolla conexiones que permiten la segregación de endorfinas.
Actualmente existen más de seis mil clubes de yoga de la risa en todo el mundo, con más de 300 mil participantes y estos números siguen creciendo rápidamente. En todos los casos se enseña a la gente a reír y aunque no se resuelven los problemas que causan estrés, al menos lo disuelven.
El creador de este movimiento desarrolló esta técnica que en principio era como un club de comedia, cada quien pasaba, contaba un chiste o una broma y la gente se reía, pero luego descubrieron que al reír usando la mente se provoca una risa proactiva, uno decide y en la medida en que se trabaja se puede estar más contento y se conecta con el presente. La yoga de la risa incluye, además de los ejercicios que la provocan, aquietar la mente a través de la meditación con una risa que se inicia mediante balbuceos.
En la Expo Mujer que se celebró del 3 al 6 de diciembre en el World Trade Center, hubo un par de presentaciones llamadas la Roña Regresa a Expo Mujejejer, con Darío T. Pie, quien además de contar con certificación en yoga de la risa, combinó información y técnicas de este movimiento mundial, con su carismática interpretación al personaje de la Doña, María Félix.
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