viernes, 11 de junio de 2010

TRASPLANTE DE CÉLULAS HEMATOPOYÉTICAS, UNA ESPERANZA DE VIDA

· En ocasiones es la única forma de salvar la vida de los pacientes

· En el Instituto Nacional de Pediatría de la Secretaría de Salud 225 niños se han beneficiado con este tipo de tratamiento

Los niños que hasta hace unos años estaban destinados a morir por padecer enfermedades graves, algunas de ellas comunes como las leucemias graves, otras no tanto como el síndrome hemafagocítico o las inmunodeficiencias congénitas, ahora tienen la esperanza de sobrevivir igual que cualquier otra persona, gracias al trasplante de células hematopoyéticas.

Sólo en el Instituto Nacional de Pediatría de la Secretaría de Salud, 225 niños se han atendido con este tipo de tratamiento desde hace 11 años cuando el programa inició operaciones, y la mitad de ellos se intervino en los últimos tres años, debido a la inclusión de nuevas técnicas de tratamiento y de su atención a través del Seguro Popular.

En entrevista, el coordinador del Programa de Trasplante de Progenitores Hematopoyéticos del INP, Alberto Olaya Vargas, afirmó que este procedimiento es muy costoso, sólo el trasplante de médula ósea requiere una inversión de un millón y medio de pesos en promedio, pero con el Seguro Popular, ha cambiado el futuro de los niños que lo han necesitado, porque antes la falta de recursos económicos era una de las limitantes.

Son alrededor de 50 los padecimientos que se pueden tratar con el trasplante de células progenitoras hematopoyéticas, como las leucemias con pocas posibilidades de curarse con quimioterapia y radioterapia, la anemia aplástica grave, anemia de Falconi, aplasia pura de la serie roja, síndrome de hunter y deficiencias enzimáticas.

Sin embargo, en las enfermedades metabólicas y las inmunodeficiencias congénitas (porque el niño nace con ellas), antes no había forma de atenderlas, sólo se suministraban medicamentos para disminuir las molestias porque finalmente el niño fallecía.

Olaya Vargas detalló que el éxito del trasplante va del 25 al 90%, “probablemente hablar de 25% pareciera muy poco, pero si se toma en cuenta que todos los casos tienen todas las posibilidades de morir sin esta forma de atención, ofrecerles entre 25 y 90% de posibilidades de sobrevivencia representa un logro muy importante”, comentó.

Las células progenitoras se extraen de diferentes tejidos: médula ósea, sangre periférica después de movilizarlas de la médula ósea; sangre de cordón umbilical, tejidos embrionarios y hasta de los dientes temporales o llamados “de leche” y de la sangre de la menstruación.

Sin embargo, para los trasplantes, en el INP sólo se extraen de la médula ósea, de sangre periférica y cordón umbilical, y se recurre para su obtención a los hermanos del paciente, ambos padres, bancos de médula ósea o de células hematopoyéticas.

Si proviene de bancos, los especialistas del INP hacen la solicitud a centros públicos nacionales, o internacionales donde hay semejanzas étnicas con la población mexicana como en Estados Unidos, España o Italia, cuando aquí no se encuentran unidades compatibles.

Es decir, resumió el especialista, nos proveemos de progenitores de todos los sitios, siempre y cuando cumplan con los estándares de calidad porque el trasplante termina en terapia biológica y tiene que suministrarse con un nivel de seguridad muy alto para evitar riesgos.

Prácticamente todos los pacientes que se atienden en el Instituto Nacional de Pediatría tienen acceso a este tratamiento cuando lo requieren, y se satisface la demanda en casi 90% de las necesidades de todos los niños que llegan.

El trasplante de los progenitores no termina cuando finalmente se practica, se da seguimiento al paciente de forma indefinida, incluso hasta después de 10 años de la intervención, porque no sólo es importante curar la enfermedad sino prevenir los efectos secundarios, puntualizó.

El primer año y medio después de la intervención es complejo, dijo, porque hay riesgo de complicaciones importantes pos-trasplante, como la enfermedad de ingerto contra huésped, reactivación de infecciones virales como citomegalovirus, o por gérmenes oportunistas, por lo que se requieren medicamentos inmunosupresores, profilaxis contra infecciones y, sobre todo, dar un seguimiento.

En ese sentido, finalizó, hay una colaboración logística con organismos de la sociedad civil que albergan a los pequeños por periodos de seis meses o más, mientras están en vigilancia médica, para que después regresen a su lugar de origen, ya que algunos provienen de las sierras de Guerrero, Oaxaca o la Huasteca potosina.

No hay comentarios:

Publicar un comentario