El método es el desarrollo de la técnica experimental para el tratamiento del cáncer conocida como terapia térmica inducida por láser
Un equipo de investigadores informó que utilizó pequeñísimas cápsulas de carbono con hierro, visibles en la pantalla de un escáner, para ubicarlas con precisión dentro del cuerpo y calentarlas con láser cuando llegan a un tumor.
Se trata de nanotubos de carbono con múltiples capas que contienen hierro y que son 10 mil veces más finos que un cabello humano, según lo describe una presentación hecha en la 52 reunión anual de la Asociación Estadounidense de Físicos en Medicina, en Philadelphia.
En las pruebas de laboratorio los científicos del Centro Médico Bautista de la Universidad Wake Forest (Carolina del Norte) se usó un escáner de imagen por resonancia magnética (MRI) para seguir la trayectoria de las partículas dentro del tejido vivo.
Cuando vieron que las partículas se aproximaban a un tumor les dispararon un rayo láser y el rápido calentamiento en esa escala tan pequeña destruyó el tumor.
El método es el desarrollo de la técnica experimental para el tratamiento del cáncer conocida como terapia térmica inducida por láser (TTIL) que emplea la energía de rayos láser para calentar y destruir los tumores.
La TTIL funciona porque ciertas nanopartículas pueden absorber la energía de un láser y convertirla en calor. Si las nanopartículas son alcanzadas por el rayo mientras se encuentran dentro del tumor liberan la energía con alta temperatura y matan las células cancerosas.
Pero hay un problema con la TTIL: en el escáner que usan los médicos el tumor puede verse claramente, pero las partículas no se ven.
Una vez que se les inyecta al paciente no se les puede seguir el rastro y esto puede ser peligroso para él: si el láser alcanza las partículas cuando están lejos del tumor el calor puede destruir tejido sano. De ahí la importancia de este descubrimiento.
El equipo de Wake Forest demostró, por primera vez, que es posible hacer que las partículas sean visibles en el MRI de manera que permita la toma de la imagen y el calentamiento simultáneos, según Xuanfeng Ding, quien presentó el estudio en Philadelphia.
Dado que las partículas están cargadas con hierro se tornan visibles para el escáner.
"Para el tratamiento es muy importante que se pueda localizar exactamente la nanopartícula adentro del cuerpo humano", añadió Ding. "Es realmente apasionante ver que el tumor alcanzado con los nanotubos empieza a reducirse después del tratamiento".
Si este método demuestra ser exitoso podría ayudar en el futuro a las personas que desarrollen cáncer, aunque todavía debe probarse que la tecnología es eficaz y segura.
Un equipo de investigadores informó que utilizó pequeñísimas cápsulas de carbono con hierro, visibles en la pantalla de un escáner, para ubicarlas con precisión dentro del cuerpo y calentarlas con láser cuando llegan a un tumor.
Se trata de nanotubos de carbono con múltiples capas que contienen hierro y que son 10 mil veces más finos que un cabello humano, según lo describe una presentación hecha en la 52 reunión anual de la Asociación Estadounidense de Físicos en Medicina, en Philadelphia.
En las pruebas de laboratorio los científicos del Centro Médico Bautista de la Universidad Wake Forest (Carolina del Norte) se usó un escáner de imagen por resonancia magnética (MRI) para seguir la trayectoria de las partículas dentro del tejido vivo.
Cuando vieron que las partículas se aproximaban a un tumor les dispararon un rayo láser y el rápido calentamiento en esa escala tan pequeña destruyó el tumor.
El método es el desarrollo de la técnica experimental para el tratamiento del cáncer conocida como terapia térmica inducida por láser (TTIL) que emplea la energía de rayos láser para calentar y destruir los tumores.
La TTIL funciona porque ciertas nanopartículas pueden absorber la energía de un láser y convertirla en calor. Si las nanopartículas son alcanzadas por el rayo mientras se encuentran dentro del tumor liberan la energía con alta temperatura y matan las células cancerosas.
Pero hay un problema con la TTIL: en el escáner que usan los médicos el tumor puede verse claramente, pero las partículas no se ven.
Una vez que se les inyecta al paciente no se les puede seguir el rastro y esto puede ser peligroso para él: si el láser alcanza las partículas cuando están lejos del tumor el calor puede destruir tejido sano. De ahí la importancia de este descubrimiento.
El equipo de Wake Forest demostró, por primera vez, que es posible hacer que las partículas sean visibles en el MRI de manera que permita la toma de la imagen y el calentamiento simultáneos, según Xuanfeng Ding, quien presentó el estudio en Philadelphia.
Dado que las partículas están cargadas con hierro se tornan visibles para el escáner.
"Para el tratamiento es muy importante que se pueda localizar exactamente la nanopartícula adentro del cuerpo humano", añadió Ding. "Es realmente apasionante ver que el tumor alcanzado con los nanotubos empieza a reducirse después del tratamiento".
Si este método demuestra ser exitoso podría ayudar en el futuro a las personas que desarrollen cáncer, aunque todavía debe probarse que la tecnología es eficaz y segura.
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