Connie Culp tiene mayores funciones de su rostro
Le dispara su marido en 2004 destrozándole totalmente el centro de la cara
La estadounidense Connie Culp ha recuperado ya buena parte de las funciones del rostro tras someterse el pasado diciembre a un trasplante facial para reparar el daño sufrido cuando su marido le disparó en la cara.Así lo aseguran los médicos que la trataron, en un artículo que publica hoy en internet la revista "The Lancet", donde se argumenta que, pese a los desafíos que aún presentan, este tipo de trasplantes son una opción cada vez más recomendable en casos de desfiguración.El caso de Culp, de 46 años y madre de dos hijos, se dio a conocer a la prensa el pasado mayo, meses después de que un equipo de ocho cirujanos encabezado por Maria Siemionow le implantara el rostro de una donante en la Clínica de Cleveland, en Ohio (EU).El marido de Connie, que actualmente cumple condena en prisión, le disparó en la cara en 2004, destrozándole totalmente el centro del rostro, incluida la nariz, y causando graves daños estructurales también en la boca, nervios y la epidermis.Aunque sobrevivió al ataque, su cara quedó completamente desfigurada -no podía beber de un vaso ni hablar, no tenía olfato y respiraba por un orificio en la tráquea-, y hasta 2008 se sometió a unas 23 operaciones de cirugía reparadora que, sin embargo, no lograron rehacerle el rostro.Visto que su situación no mejoraba y que sufría continuas humillaciones, los doctores le propusieron finalmente un trasplante casi total de cara, que Culp aceptó pese a los peligros implícitos, como tener que tomar fármacos inmunosupresores de por vida para neutralizar el riesgo de rechazo.La donante fue una mujer fallecida de muerte cerebral, de la misma edad, raza y complexión que la paciente.En una operación de 22 horas en diciembre calificada de pionera, los cirujanos del hospital de Cleveland le sustituyeron un 80 por ciento del rostro, implantándole una nueva nariz, labio superior, párpados inferiores y la mandíbula superior incluyendo dientes incisivos, paladar y varias glándulas, explican los expertos en "The Lancet".Tras unir la estructura ósea, hicieron las conexiones de las venas y las arterias y menos de tres horas después el tejido donado empezó a cobrar un tono rosa, un indicio de que la operación estaba siendo viable. A continuación se le conectaron los nervios faciales, apuntan los doctores.Después de la intervención, se le administraron los inmunosupresores, que deberá seguir tomando para prevenir un rechazo; de momento, no ha tenido infecciones oportunistas, señalan los médicos, aunque sí hubo un pequeño episodio de rechazo del tejido el día 47 que se solucionó con una dosis de metilprednisolona.La fisioterapia y terapia logopeda comenzaron a las 48 horas, una vez al día durante las primeras seis semanas y después tres veces a la semana.Además de recibir también apoyo psicológico con la misma periodicidad, se le hacen controles regulares para comprobar la evolución de sus sentidos del olfato y gusto y de sus capacidades de tragar y gesticular, entre otras.A los seis meses, Culp recuperó las sensaciones en la cara, mientras que sus funciones motoras, como la capacidad de sonreír y mostrarse expresiva, mejoran lenta pero progresivamente, se explica en "The Lancet".Ahora puede oler, comer sólidos, beber de un vaso y se le entiende cuando habla, aunque, por ejemplo, aún le cuesta mover el labio superior y los párpados inferiores.El dolor que sufría antes del trasplante se ha reducido drásticamente y ha recuperado la autoestima: a las tres semanas de la operación, calificó su apariencia con un 5 sobre 10, y a los cinco meses, con un 8 sobre 10.Los médicos afirman que su aspecto mejorará cada vez más a medida que se vaya eliminando, con otras operaciones en el futuro, la piel sobrante.Pese al éxito de la intervención, los expertos reconocen que siguen existiendo desafíos tanto médicos como éticos para este tipo de trasplantes, que van desde la selección del donante hasta "la consideración de las responsabilidades financieras, morales y profesionales del paciente".Pese a todo, añaden los autores del artículo, en casos severos de desfiguración "debería respetarse el derecho ético del paciente a decidir, tras ser informado de los riesgos y beneficios del procedimiento y de la necesidad de tomar inmunosupresores de por vida".Los expertos concluyen que los alotrasplantes faciales completos o casi totales deberían ser considerados "como una opción temprana" en casos de desfiguraciones graves, al tiempo que se sigue investigando para resolver los problemas médicos que aún plantean. (Con información de EFE/CFE) Londres, Inglaterra (El Financiero)
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