Evitar un sistema que beneficia a pacientes con dinero, el objetivo
Reportan que en la última década más de 700 trasplantes fueron realizados a pacientes extranjeros
El Gobierno británico planea prohibir a partir del próximo octubre los trasplantes en clínicas privadas de órganos procedentes de donantes británicos muertos para evitar un sistema que beneficia a pacientes con dinero.
El Ejecutivo ha tomado esta decisión tras encargar un informe sobre el asunto, después de que la prensa británica publicara en las últimas semanas informaciones que indicaban que pacientes extranjeros pagaban a cambio de recibir estos órganos.
La ex presidenta del Departamento de Donación de Órganos en el Reino Unido, Elisabeth Buggins, investigó los hechos tras conocerse que, en la última década, más de 700 trasplantes fueron realizados a pacientes extranjeros con órganos que estaban en manos del Servicio de Salud Nacional británico (NHS) y de los que 314 acabaron en pacientes no europeos.
La investigación llevada a cabo por Buggins no encontró pruebas de delito en cómo estos órganos acabaron siendo trasplantados a estos pacientes, ni si en todos los casos hubo intercambio económico, pero concluyó que no debería permitirse pagar por este tipo de operaciones.
La legislación europea permite que algunos pacientes reciban tratamiento en otros países si es aprobado por su sistema de salud, que es el que finalmente cubre los costes.
Buggins aseguró que el NHS tendría que ser más cauteloso a la hora de comprobar si los pacientes cumplen con los requisitos necesarios para recibir un órgano procedente de un donante del Reino Unido, ya que consideró probable que actualmente algunos estén recibiendo tratamiento cuando deberían ser rechazados.
"Aunque no encontré pruebas de delito en el modo en que los órganos acabaron en esos pacientes, hay una percepción generalizada de que los pagos privados pueden influir injustamente en el acceso a los trasplantes, por lo que deben ser prohibidos", subrayó. (Con información de EFE/CFE) Londres, Inglaterra (El Financiero)
El Ejecutivo ha tomado esta decisión tras encargar un informe sobre el asunto, después de que la prensa británica publicara en las últimas semanas informaciones que indicaban que pacientes extranjeros pagaban a cambio de recibir estos órganos.
La ex presidenta del Departamento de Donación de Órganos en el Reino Unido, Elisabeth Buggins, investigó los hechos tras conocerse que, en la última década, más de 700 trasplantes fueron realizados a pacientes extranjeros con órganos que estaban en manos del Servicio de Salud Nacional británico (NHS) y de los que 314 acabaron en pacientes no europeos.
La investigación llevada a cabo por Buggins no encontró pruebas de delito en cómo estos órganos acabaron siendo trasplantados a estos pacientes, ni si en todos los casos hubo intercambio económico, pero concluyó que no debería permitirse pagar por este tipo de operaciones.
La legislación europea permite que algunos pacientes reciban tratamiento en otros países si es aprobado por su sistema de salud, que es el que finalmente cubre los costes.
Buggins aseguró que el NHS tendría que ser más cauteloso a la hora de comprobar si los pacientes cumplen con los requisitos necesarios para recibir un órgano procedente de un donante del Reino Unido, ya que consideró probable que actualmente algunos estén recibiendo tratamiento cuando deberían ser rechazados.
"Aunque no encontré pruebas de delito en el modo en que los órganos acabaron en esos pacientes, hay una percepción generalizada de que los pagos privados pueden influir injustamente en el acceso a los trasplantes, por lo que deben ser prohibidos", subrayó. (Con información de EFE/CFE) Londres, Inglaterra (El Financiero)
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