miércoles, 12 de agosto de 2009

Alertan sobre desesperanza en jóvenes


La situación se traduce en desvalorización y una suerte de anemia social, indica el sociólogo Enrique González Casanova
El experto sostiene que las demandas más importantes de este sector son educación y empleo

Un importante número de jóvenes mexicanos vive con desesperanza, lo que se traduce en desvalorización y una suerte de anemia social, alertó Enrique González Casanova, sociólogo de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM.Con motivo del Día Internacional de la Juventud, el experto sostuvo que las demandas más importantes de este sector son educación y empleo; consideró que no puede hablarse de jóvenes en general en un país como México, pues todos son distintos, como las variaciones en la composición del tejido social.Expuso en entrevista que el principal problema radica en que un gran número de muchachos ve que sus expectativas de cara al futuro se han desvanecido.Hay mucha inseguridad en torno a qué sucederá con ellos; existen pocas ofertaS de trabajo y mínimas posibilidades de educación, lo que desde luego está ligado a lo económico, pero no es el único factor."La falta de claridad respecto de un proyecto nacional de la clase dirigente, la política y la económica -aseguró- impacta a toda la población y de manera muy especial a los jóvenes, que paradójicamente integran el sector más grande del país".El experto de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) indicó que el grupo poblacional situado entre los 14 y los 39 años tiene muchas demandas y muy pocas respuestas.González Casanova destacó que México consolidó un modelo urbano que tiene pocas expectativas: difícil, rudo, donde no se descarta la búsqueda de oportunidades en la migración a Estados Unidos.Pero hoy en día, aún cuando el fenómeno continúa, la emigración ha disminuido de manera considerable, porque es más difícil cruzar la frontera y porque existen cambios en la estructuración del empleo en el país del norte.Aunque Estados Unidos requiere todavía de una cantidad significativa de mano de obra, la necesidad de ella ha disminuido y ello también se siente.El sociólogo indicó que las únicas instituciones que atienden a los jóvenes son los centros de enseñanza media superior, superior o tecnológica, pero "la oferta educativa es insuficiente y las instituciones que teóricamente debían atender a los jóvenes no hacen nada", acotó."Si un día esas instituciones desaparecen ni cuenta nos daremos, pues no trabajan; están debidamente acreditadas en la estructura burocrática, dan empleo a algunas personas, pero no hacen nada. No tienen proyecto ni dan resultados", enfatizó.González Casanova consideró que la violencia de la sociedad en que vivimos tiene que ver en buena medida con todo lo que no se ha hecho por los jóvenes.Detalló que en los últimos 25 años "la economía ha crecido ya no digamos por debajo de las expectativas, sino por debajo de las necesidades".Nuestra economía tendría que haber crecido como mínimo cinco por ciento al año para generar una posibilidad de riqueza, sin embargo, la tasa se ha situado en poco menos de tres por ciento, sin contar con que en el cuarto siglo ha habido años muy difíciles.Si a eso se suma la mayor concentración de capitales que ha ocasionado que aunque la permeabilidad y movilidad sociales no han desaparecido, sí se han cerrado las expectativas, no sólo de los jóvenes, pero particularmente de ellos."Es un fenómeno complejo. Ha habido áreas en donde se ha incrementado la movilidad social y ha habido cambios importantes, como la modernización mexicana en muchos órdenes de la vida, pero no es suficiente", dijo.Tenemos una economía más abierta y formamos parte con mayor ahínco del concierto internacional, lo que es algo que alienta y sirve. Pero el problema no es lo que se ha hecho, sino todo lo que falta por hacer.En opinión del especialista es preciso, entre otras cosas, rescatar a la educación como una manera de apoyar a la juventud, pues es fundamental para garantizar un futuro adecuado. Es un dato alentador que cada año hay poco más de 30 millones de educandos en todos los niveles. Pero falla la calidad.Comentó que por supuesto hay gente de mucha calidad en las escuelas y en las universidades públicas y privadas, todos ellos constituyen auténticas islas de excelencia, pero son eso, islas, y necesitamos continentes.La enseñanza tiene muchas limitantes porque se ha privilegiado la demagogia; cuando se trata del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, en todas sus vertientes, no sólo la oficial sino también la disidente, se ha preferido actuar políticamente que asumir el reto educativo.Hemos caído en verdaderas aberraciones, como evitar reprobar a quienes no tienen los méritos para pasar. Vemos cómo a las instituciones de educación superior llegan jóvenes sin lugar a dudas muy preparados, pero también muchos que no.Expuso que actualmente los jóvenes viven la crisis al igual que todos. Pero de ellos se espera que en el futuro consoliden una situación profesional y económica, pero las expectativas son mayores que las posibilidades reales de satisfacerlas. (Con informción de Notimex/AYV) México, D.F. (El Financiero)

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