martes, 8 de septiembre de 2009

Esclerosis Múltiple, la maldición de la juventud

En México se estima que más de 10 mil personas la padecen, cifra que puede crecer ya que la EM está subdiagnosticada.

La Esclerosis Múltiple (EM), enfermedad del sistema nervioso central y médula espinal cuyas principales víctimas son pacientes de entre 15 y 50 años se manifiesta principalmente en mujeres en una relación de 3 a 1 respecto a los hombres y tiene una incidencia a nivel mundial de 2.5 millones de personas.
En México se estima que más de 10 mil personas la padecen, cifra que puede crecer ya que la EM está subdiagnosticada.
Este mal, cuyos orígenes siguen siendo un desafío para la medicina actual, se caracteriza por ser autoinmune, es decir, el propio sistema inmunológico es el que ataca al organismo, lo cual suena irónico porque éste se encarga de protegernos contra agentes patógenos como los virus y bacterias.
Según Adriana Carrá, médica neuróloga miembro del Comité Médico Asesor de Esclerosis Múltiple en Argentina la EM tiene más presencia en el Hemisferio Norte como es el caso de algunos países norteamericanos y europeos donde existe una incidencia de 90 cada por cada 100 mil personas por lo que diversos estudios apuntan a factores medioambientales y aunque no es directamente hereditaria la susceptibilidad genética tiene un papel clave en el desarrollo de la enfermedad.
Carrá señaló que “si bien hay un componente genético que se puede transmitir de padres a hijos no es hereditaria, pero cuando aparece en familias para nosotros es lo que llamamos 'banderas rojas' porque tenemos la obligación de descartar otras enfermedades”.
Respecto a los síntomas, la especialista, quien participó en XIII Congreso de la Asociación Nacional de neurólogos del IMSS llevado a cabo a finales de agosto en Veracruz, dijo que “lo más importante es que tienen que durar más de 24 horas, si duran más de ese lapso es sospechoso de tener la enfermedad”.
Lo anterior, señaló, es porque a veces los síntomas van y regresan “eso es lo que hace muy difícil el diagnóstico porque los síntomas al inicio de la enfermedad se recuperan sin dejar alguna secuela y el paciente que consulta después de un episodio generalmente no lo hace de forma inmediata”.
La enfermedad se manifiesta con la disminución de la agudeza visual, vértigo, fatiga severa, cosquilleos, complicaciones intestinales, disfunción sexual, pérdida de fuerza en manos y piernas y en casos más graves provoca su parálisis.
Carrá dijo que el proceso de rehabilitación del paciente dependerá de qué zona del sistema nervioso central esté dañado. Al igual mencionó que debido a que la enfermedad es de alto costo y baja incidencia, de manera particular los pacientes no puedan hacerse cargo económicamente de ella y es necesario ponerse en contacto con las instituciones públicas de salud, en el caso de México el IMSS e ISSSTE, “no es solamente los costos del tratamiento sino va incluido el costo de la rehabilitación”, añadió.
Debido a que los medicamentos para tratar la enfermedad en su mayoría son vía intravenosa la neuróloga auguró un futuro prometedor respecto a la aprobación de formulaciones orales “es más cómodo tomarse una pastilla dos veces al día a que te pinchen todo el tiempo” dijo, argumentando que estas fórmulas podrían ser aprobadas a fines de 2010 y principios de 2011 incrementando la calidad de vida de los pacientes. Monterrey, NL

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